La muerte y la doncella, de Ariel Dorfman, representa un momento significativo en su carrera literaria: es su obra más exitosa a nivel internacional, primer trabajo después de la conclusión de su exilio y su primera pieza dramática publicada. También es un ejemplo de escritura de post-exilio que tiende un puente de lo local a lo global.
Debido a su excelente acogida internacional, se han desarrollado estudios desde diferentes enfoques que; sin embargo, tienen un vacío interpretativo frente a algunos aspectos: 1) es difícil encontrar investigaciones que indaguen la razón de que esta sea su primera obra después del exilio; 2) no hay exploraciones acerca del papel del arte en la representación de las verdades; 3) se puede constatar que no hay trabajos que aborden el tema de la crítica que hace la obra al gobierno chileno de transición, específicamente, con respecto al papel de la Comisión Nacional de Verdad y al difícil proceso de recuperación después del trauma de la tortura. 4) A pesar de que hay muchos análisis sobre la intertextualidad sobre el cuarteto de Schbert, pocos han prestado atención a la referencia que hace el personaje Roberto Miranda sobre Nietzsche y; 5) existen varias aproximaciones acerca de la perspectiva posmodernista planteada en este drama, pero no muestran mucho interés en la relación inestable entre el lenguaje y la verdad , que es una de las claves de la estética posmodernista.
El propósito de este texto es analizar estos cinco aspectos de manera interrelacionada, resaltando el papel de la literatura de la memoria para criticar la política del olvido. Pretende arrojar una luz acerca del papel del arte y la representación de la verdad en la época de transición pos dictatorial en Chile.